Aunque parece una escena típica del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1, todo ocurre en el lejano y fronterizo municipio Pepillo Salcedo (Manzanillo), provincia Montecristi, donde el servicio que opera en Santo Domingo y Santiago no se acerca ni de manera remota.
En 2014, cuando el presidente Danilo Medina anunció la puesta en operación del 9-1-1 en Santo Domingo, a un costo de RD$3,374.2 millones, según se informó después, ya la comunidad fronteriza se organizaba para tener su propio sistema de auxilios.
Le llaman “Beacon”, opera desde el Cuerpo de Bomberos y cuenta con una red de 32 voluntarios, en su mayoría jóvenes entre 17 y 20 años.