DIARIO PUERTO PLATA. -Nelson Féliz Miranda Hermida, el hombre que asesinó a su esposa y a su suegra antes de quitarse la vida el pasado domingo en el sector El Millón, del Distrito Nacional, también habría matado en 1978 a su primera cónyuge, Ana Abreu Argelia, con quien procreó un hijo.
Ante estos hechos, surge la interrogante sobre cómo las personas con antecedentes penales pueden acceder a armas de fuego y por qué Miranda Hermida se encontraba en libertad. El periódico Hoy consultó a abogados penalistas, quienes explicaron los alcances de la leyes dominicanas en este sentido.
Entre ellos se encuentra el jurista Miguel Valerio, quien indicó que, de manera general, la Ley No. 631-16, para el Control y Regulación de Armas, Municiones y Materiales Relacionados, establece que uno de los requisitos indispensables para la obtención de una licencia de porte de armas es no tener antecedentes penales, medida que busca prevenir situaciones de riesgo como la ocurrida en El Millón.
«La ley de Porte y Tenencia de Armas prohíbe expresamente a una persona con antecedentes penales poseer un arma. Eso se pudo evitar, en ese sentido, porque el otorgamiento de la licencia es con unos requisitos previos, que permiten prevención de situaciones como estas», manifestó el defensor.

Valerio también señaló que en casos de violencia familiar o psicológica, el acceso a una pistola complica considerablemente la situación, pudiendo derivar en consecuencias fatales.
«En ese sentido, en una sociedad paliativa, de dolor, donde los hombres no entienden que las cosas se pueden acabar, estallan y, en ese drama psicológico, el tener un arma evidentemente complica la situación», pronunció.
De igual forma, el letrado consideró que las autoridades deberían dar seguimiento a las personas procesadas por casos similares al de Nelson Féliz Miranda Hermida, con el fin de garantizar que no porten armas de fuego.
Si cumplió condena, adquiere sus derechos civiles y políticos
Sin embargo, el abogado Julio Cury, aunque precisó que desconoce a fondo los casos en los que se vincula a Miranda Hermida, indicó que una persona que ya cumplió su condena, bajo la modalidad que fuese, adquiere nuevamente los derechos civiles y políticos, por lo que no puede ser privada de poseer un arma de fuego.
«Una vez cesa su estado como interno de un recinto carcelario, (el individuo) adquiere nuevamente los derechos civiles y políticos: puede votar en unas elecciones, puede ser candidato a una posición electiva y, claro que sí, puede portar un arma de fuego, porque lo que se pide es un certificado de buena conducta. Si no tiene, en el momento en el que solicita el arma, un proceso penal por haber sido condenado, entonces se le emite el certificado de buena conducta y le entregan su arma de fuego», declaró Cury.

Sobre el asesinato de Ana Abreu Argelia
Ana Abreu Argelia murió el 24 de diciembre de 1978 tras recibir cuatro balazos de Nelson Féliz Miranda Hermida, con quien llevaba cuatro años de casada. El hecho ocurrió en la calle Juan Sánchez Ramírez, sector Gascue, Distrito Nacional, según relató un hermano de la víctima y una publicación del desaparecido periódico La Noticia.
«En ese momento, este señor y mi hermana estaban un tanto separados por conflictos que ellos habían tenido. Ese día, ella estaba aquí, en mi casa; él vino y la recogió, se la llevó y luego recibimos la noticia de que la había asesinado», manifestó Félix Abreu ante las cámaras de Noticias SIN, al tiempo que precisó que el atacante cumplió solo tres de los seis años de prisión que le impusieron por este crimen.


Comentó que el asesinato de Mayra Martínez Romero, de 65 años, y de su madre, Doris Romero, de 86, le removió el dolor por su pariente, al tiempo que señaló que el reciente caso se pudo evitar.
«Cuando una persona tiene una situación de esa naturaleza, anteriormente, ¿cómo puede estar portando un arma de fuego hoy en día? Cuando sucede un hecho así, debería de dársele seguimiento a esa persona, monitorearla, de tal manera que, si tiene un arma de la que sea, ya es un individuo que puede causar una situación como la que está viviendo esa otra familia hoy, que es lo doloroso», dijo Abreu.