Cuando uno de los imputados por presunto tráfico sexual fue interrogado, no escondió lo que se hacía en La Mansión. Él es Richard de la Cruz Camacho, quien tenía la misión de controlar a las chicas, evitar que se contaran chismes y repartirles la comida a partes iguales.
¿Díganos si usted tiene conocimiento de cuánto Wellington les pagaba?
- «Tengo entendido que él cobraba doscientos dólares a los clientes, dependiendo del servicio y la cantidad de horas que duraban con las chicas teniendo relaciones sexuales, y entonces les pagaba 50 dólares a ellas».
Esta es la historia de cómo las autoridades dominicanas desmantelaron una red de tráfico sexual de personas en Verón, provincia de Altagracia. Diario Libre tuvo acceso a los detalles del caso y a los interrogatorios. Antes de esos interrogatorios pasaron muchas cosas.
El chivatazo
Todo empezó con una información que recibieron las autoridades. La Procuraduría Especializada Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas (PETT), recibió la siguiente información:
«En la provincia La Altagracia, en la calle Kiev de Bávaro, en Verón, existe una casa abandonada identificada como La Mansión, donde opera la red criminal. Las víctimas son mujeres de distintas nacionalidades y edades. Entre ellas hay dominicanas, colombianas, venezolanas, haitianas y menores de edad«.
«Esta red de tráfico de personas es liderada por Wellington, quien se encarga de realizar el cobro por los servicios sexuales«. En la mayoría de los casos, estos clientes eran turistas que estaban de vacaciones por esa zona. «Los servicios se realizan en La Mansión y cobran un monto que oscila entre los 200 y los 30 dólares por cada servicio sexual brindado por las víctimas«, se establece en el documento.